El cuenco nuestro de cada día

No siempre un cuenco sale como uno desea. Son muchos los momentos durante el proceso de creación en los que algo puede no salir de la manera que u...

Es posible que lo que verdaderamente somos, sea aquello que jamás nos podrán arrebatar. El alfarero no lo es, entonces, por su torno; como no lo e...

Liviano como el fuego, así es un hogar, pues está allí donde se hallen sus componentes y arda la llama de sus sentimientos, siendo la ubicación ir...

Deslizando nuestros dedos sobre la cara de un cuenco cerámico, posando nuestro labio junto al suyo, descubriendo mediante el tacto qué superficie ...

Un espíritu negro ha poseído mis manos. Por las noches, cuando me toma, adquiere la sutil forma de pella de un barro oscuro de manganeso. Se confu...

Placer, paciencia, saberla disfrutar, gozar a su lado. Verse la manos plenas de suave barro. Apreciar el contraste de sus colores con tu carne: ro...

El privilegio de crear, de traer a la existencia algo nuevo por uno mismo, está al alcance de todos. Si además esa criatura resulta bella ante nue...

  El primer recipiente que tuvo la humanidad debió de ser un cuenco. ¿Sería de hueso, madera, piedra, barro, cuero? ¿Quizás se encontró en forma de...