El alfarero, Julián Ortega Durán
Julián Ortega Durán es alfarero de tercera generación, nieto de Rafael Ortega Porras, ilustre alfarero extremeño de origen frexnense, galardonado con el Premio Nacional de Artesanía en 1982.
Desde niño estuvo manchándose las manos de barro divirtiéndose en el taller de su abuelo. Al principio estaba más interesado en jugar y dar forma a los personajes que poblaban su imaginación que en aprender formalmente las técnicas, pero sin darse cuenta las iba interiorizando, entre muñeco y muñeco. Después, durante la adolescencia, participó como ayudante o aprendiz en algunas obras de su abuelo y le acompañó como profesor en algún curso con niños.
Julián trabajando en el torno a los 4 años. Periódico Hoy, del 6 de junio de 1993
Posteriormente, después de estudiar y ejercer como politólogo, a los 27 años, comenzó su formación académica como ceramista en su región, en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Mérida, para adquirir unos conocimientos más sistematizados que complementaran sus saberes heredados. En este momento, junto con su compañera Inés Fernández Moreno, empezó a participar en mercadillos artesanales por su región y en programas de emprendimiento. En uno de esos eventos conoció y aprendió del famoso tinajero de Torrejoncillo Antonio Moreno. Disfrutó de una beca Erasmus para Jóvenes Emprendedores en Irlanda, donde trabajó junto con Adrian Wistreich en su Kinsale Pottery and Arts Centre y aprendió mucho de él y de su amigo ceramista escocés Julian Smith.
Sus estudios los continuó en Madrid, en la Escuela de Arte Francisco Alcántara, donde se graduó como Técnico Superior de Artes plásticas y diseño en Cerámica artística, al mismo tiempo que ya impartía clases en el Ayuntamiento de Madrid en distintos centros culturales. En ese entorno pudo ser compañero, alumno y amigo de muchos buenos y ahora reputados ceramistas. También gozó de la inmensa oferta cultural organizada en la capital y lo mucho que se puede aprender de los museos y exhibiciones temporales que allí tienen lugar. En una de esas actividades organizadas en Madrid por la Escuela de Cerámica de la Moncloa, en un viaje pedagógico a Valencia y Manises entabló amistad con el sabio Alfonso D'Ors, quien a partir de entonces no cesaría de darle muy buenos consejos. En ese mismo viaje empezó una bonita amistad con el artista del trencadís Alejandro Moreno. Pero también conoció y compartió momentos en este contexto madrileño al genial ceramista Ícaro Maiterena, con el brutal escultor Jorge Yunta o con la joyera Julieta Álvarez entre muchos otros grandes.
Convencido defensor de la funcionalidad frente a lo exclusivamente estético, quiso que su formación creciera y se profundizara en esta línea, para lo cual comenzó a estudiar Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Productos en la Universidad de Extremadura en su ciudad natal, cuyos estudios enfocó hacia el desarrollo de productos cerámicos y herramientas para el artesano. Hizo prácticas curriculares como diseñador en la industria cerámica española de Castellón, en Esmaltes S. A., al tiempo que producía piezas de sigillata en el taller del amabilísimo y sabio Rafa Galindo. Igualmente, hizo prácticas extracurriculares en la fábrica de vajilla artesanal de Tybso, en Bogotá, Colombia, de la mano de la empresaria y diseñadora Camila Gómez y su inestimable equipo.
Concluyo los estudios a los 34 años con un trabajo titulado Ecodiseño de una Vajilla de Cerámica Terralfar, donde plasmó todos sus valores y conocimientos. El tribunal que lo evaluó le concedió la matrícula de honor. Siguiendo con lo académico, actualmente Julián estudia Química por la UNED en su afán por seguir ampliando sus conocimientos en relación con este material a la vez que divulga en espacios científicos.
Al mismo tiempo que Julián comenzaba a estudiar la ingeniería, en 2018, emprendió como alfarero autónomo en su ciudad natal con la ayuda de su tío Luis Ortega, que le cedió espacio. Desde entonces ha trabajado por cuenta propia, produciendo piezas y prestando servicios, principalmente didácticos. Ha sido profesor en la Aulas Culturales de la Universidad de Extremadura en tres ocasiones. Pero la actividad en la que se ha especializado es en las clases particulares de torno, ya que le puede dedicar toda su atención a personas que desean aprender. Y es un orgullo poder decir que varios de esos alumnos son ahora grandes alfareros y amigos. También ha producido, casi siempre por encargo, una tipología amplia de objetos, queriendo destacar la vajilla actual de estilo propio —especialmente cuencos—, así como histórica, principalmente romana y púnica. En el ámbito profesional, su vinculación emocional con su ciudad también le ha llevado a realizar trofeos para eventos locales, como Claqueta Emérita, así como a ser parte desde 2017 del espectacular festival de recreación romana Emerita Lvdica, para el cual ha construido su propio torno inspirado en dicha época y en el que disfruta enseñando a niños vestidos de romanos a mancharse las manos en la rueda. Y no menos importante para él es ser miembro del FABlab Mérida, un espacio de creación privilegiado donde aporta lo que puede a los compañeros y se enriquece de todo lo que todos ellos pueden compartir, especialmente su forma genuina de ser. Y en cuanto a su región, se siente muy afortunado de ser amigo de José Antonio Guillén, el Pirri, frecuentando su taller cuando puede, y de Ignacio Guillén, ambos de Salvatierra de los Barros, capital alfarera de Extremadura.
Julián trabajando en el torno que hizo para el XII Emerita Lvdica en 2022
Los últimos años Julián, siguiendo su corazón, ha tenido más presencia en el ámbito internacional en varios continentes. Entre otras experiencias destacables, impartió talleres y construyó un horno de tiro invertido efímero con materiales reutilizados en la granja Eyckenstein de Utrecht, Países Bajos. También tuvo el privilegio y el gran honor de visitar los talleres de porcelana centenarios de Arita, Japón, así como el Saga Ceramics Research Laboratory y otros espacios guiado por el sensei Dr. Katsuki Hiroaki. Recientemente fue seleccionado junto a su pareja, Jenny Gil, por El Bastión, en el Viejo San Juan, Puerto Rico, para la ejecución de unas esculturas de divulgación científica que se verán expuestas por primera vez a finales de 2024 en la Isla del Encanto. Pero en septiembre de este mismo año ya ha expuesto una obra sobre la Hispanidad en el Cuarto Encuentro de Ceramistas de Puerto Rico y la Diáspora, gracias al Colectivo Keramicos y muy especialmente a su amiga Rosa Serrano. También ha entablado amistad con el alfarero puertorriqueño Yamauco, quien le enseñó los secretos de las ocarinas. Y en estos días se encuentra colaborando en Bogotá, Colombia, con el diseñador industrial especializado en maquinaria para ceramistas Jorge Moreno de Ceramyst, a la vez que colabora en varios proyectos artísticos junto con el pintor Gustavo Rico Navarro y funcionales con la diseñadora de moda Yulia San Miguel.
En resumen, hasta el día de hoy, Julián ha desarrollado su carrera como alfarero entre varios continentes, con epicentro en Extremadura, cada vez centrándose en diferentes técnicas y profundizando en distintos aspectos de su profesión, siempre con infinitas ganas de aprender más y de compartir sus saberes con más personas.
Finalmente, durante el verano de 2023 decidió hacer cambios en su negocio, abandonando el ánimo de lucro para constituir una asociación. De esta manera, seguirá centrándose en los aspectos que más le interesan de la cerámica (la divulgación y la investigación) al mismo tiempo que realiza otras actividades.
En definitiva, una vida con el barro como hilo conductor, teniendo el mundo por escenario, pero Extremadura como principio y fin.
Puedes seguirle y ponerte en contacto con él a través de su cuenta de instagram: @j_ortegaduran.