En torno a los giros
Pisa la rueda el alfarero y trabaja en dar forma con sus manos a algún cacharro. Quizás esta sea la imagen más icónica de cuantas giran en torno a la creación en barro. Y ese voltear de la pieza en medio de sus dedos guarda una poética relación de escala entre ambos y el universo, pues gira también quien se da por hacedor sobre la superficie de la Tierra en torno al eje de ella. De la misma manera el planeta lo hace a su vez con el Sol, la estrella que nos ilumina. Y esta con otras instancias superiores. Así, resultado de esta danza de revoluciones, tenemos los días con que contamos el tiempo, dividiéndolos y multiplicándolos. Jornadas que construyen al artesano y que nos modelan también a nosotros. De modo que podría decirse que líricamente en los giros se unen forma y tiempo.
Rotación tras otra, pues, un cuenco de tierra puede emerger de entre unas manos que a su vez, cada día completan una revolución en torno al eje de la Tierra. Y de esta manera, casi mística, se empieza a vislumbrar el nivel de gratificación que puede llegar a experimentarse diariamente con el propósito que inspira estas líneas semanales.
Dosificar diariamente ese acto es encontrar un momento de plenitud y de sensación de trascendencia. Esta semana se cumplirá el primer giro de la luna bailando con la Tierra mirando como yo también danzo con un pedazo de su pareja entre mis manos para crear cuencos con la figura de ambas.