Actividad en La Colmena de Mérida

Este pasado viernes 17 de junio hemos tenido la suerte de realizar una actividad en La Colmena, un espacio de crianza respetuosa en la naturaleza que se encuentra en Mérida. El taller consistió en acercar, por primera vez en sus vidas, la alfarería a criaturas de entre uno y cuatro añitos. Y fue mágico.

Fig. 1. Trabajando todos a la misma altura.

El alfarero estuvo rodeado de peques deseando mancharse las manos y participar en el proceso. Ayudaron en todo: cortaron el barro, acompañaron al artesano mientras amasaba, atendieron durante la explicación adaptada a su edad y después se fueron atreviendo uno a uno a poner sus manitas en la pella —¡y fueron capaces de sacar sus propias piecinas!—. También, pero no menos importante, se ofrecieron a limpiar. Eso fue iniciativa suya y tenemos que reconocer que fue una gratísima sorpresa: dice mucho de ellos y del centro.

Fig. 2. El privilegio de verles disfrutar con tu oficio.

A su participación ayudó ponernos a su altura, en el suelo, para que vieran e intervinieran a su antojo. No hemos trabajado muchas veces así, salvo cuando no disponíamos ni de mesa, pero ahora podemos afirmar que es muy interesante aplicar este método con los chiquitines, para quienes otras veces la altura pudo ser una barrera.


Fig. 3. Todos participamos, no hace falta saber hablar.

Si bien el taller fue breve, ocupando media mañana, realmente deja una huella en el corazón. Lo importante no era las piezas que pudieran sacar —como casi nunca lo es—, pero con estas edades se hace todavía más evidente. Aunque se notaba que alguno tenía ciertas dotes que en algún momento de su vida florecerán. Para Terralfar, en cualquier caso, ha sido un honor acompañarles en su primera vez y deseamos haya dejado en ellos un bonito recuerdo, que seguro que reavivan cuando les entreguemos sus piecinas ya cocidas, esperando que así empiecen a interiorizar el proceso de la cerámica.

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Figuras 1-3. Gentileza de la Escuela Infantil La Colmena.